
Durante esta gestión se ha tratado de dirimir y solventar la confrontación que ha existido hasta ahora entre indígenas y ganaderos, a favor de una convivencia perdurable. Pide a los caciques yukpas que cesen las amenazas de ocupación de fincas por cuanto esta situación es muy difícil sentarse a concertar una salida para ambos sectores bajo ese clima de tensión.
Asegura que como productores agropecuarios no comparten los planes de explotación minera que pesan sobre la región, puesto que en un país rico en petróleo como el nuestro, no se justifica el sacrificio de tierras aptas para el cultivo y la ganadería. En otro orden, no comparte el término de autodemarcación puesto que no incluye los intereses de todos los afectados y niega la realidad económica-social que se ha construido durante dos siglos de historia.
Piensan que es una locura la convivencia en los términos que plantea la demarcación, puesto que contempla un modo de vida diferente en el mismo territorio, otra cosa sería la vecindad que sería más acorde con los intereses y subsistencia de los sectores involucrados. Solo con el pago de las bienechurias los productores podrán recuperarse para seguir siendo productores agropecuarios.
Al cierre de su intervención Chacín se pronuncia por acuerdos rápidos
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